2nd LSIRD Conference on Livestock production in the European LFAs, Bray, Ireland. Dec '98


Livestock production systems and the vegetation dynamics of Less Favoured Areas (LFAs): developing viable systems to manage seminatural vegetation in temperate LFAs in Spain.

Koldo Osoro(1), J.M. Vassallo(2), R. Celaya(1) & A. Martínez(1)



INTRODUCCIÓN

El término áreas desfavorecidas supone una base para aplicar determinadas compensaciones económicas establecidas por la Política Agraria Comunitaria. No obstante, existen grandes diferencias entre zonas clasificadas como desfavorecidas en los condicionantes sociales, físicos y estructurales, medioambientales y políticos, no sólo dentro de la Unión Europea, sino también dentro de una misma región. Es decir las circunstancias y problemáticas de las zonas desfavorecidas resultan bien diferentes y por lo tanto, las posibilidades de desarrollo serán muy variables. Por ello, difícilmente una actuación general podrá solventar el problema de desigualdad entre zonas, si ésta se realiza independientemente del grado de marginalidad o desigualdad.

El grado de aislamiento de las zonas desfavorecidas con respecto a los núcleos de mercado, la formación de sus habitantes, la posibilidad de escolarización de los menores, etc, difieren sustancialmente. Igualmente la estructura y propiedad de la tierra, las condiciones del suelo disponible (calidad, pendientes, etc) hacen que los recursos pastables disponibles y, consiguientemente, las posibilidades de aprovechamiento sean más o menos limitadas. Así nos podemos encontrar en zonas calificadas como desfavorecidas desde explotaciones con pastos de calidad (raigrás y trébol) hasta explotaciones con suelos poco profundos, con pronunciadas pendientes y cuya vegetación está dominada por matorrales.

Las superficies de matorral ocupan una extensión de 1.402.500 ha, el 35% de la superficie total, solamente en las dos regiones desfavorecidas (Galicia y Asturias) localizadas al noroeste de la Península Ibérica. Parte de estas superficies son montes de utilidad pública o vecinal, mientras que otra parte corresponde a superficies que fueron abandonadas con el éxodo rural que produjo la industrialización en los años 50-60. Muchas de estas superficies de matorral durante las últimas dos décadas están siendo pasto de los incendios (Figura ), generando un verdadero problema social, económico y ambiental, y muy en especial en Galicia donde se producen el 61% de los incendios ocurridos en España. La superficie quemada por estos incendios de Galicia representa el 40% de la superficie total que arde en España, cuando Galicia representa sólo el 5,8% del total de la superficie del estado español (tabla 1). Del total de la superficie quemada en Galicia (24.014 ha.) el 85% de la misma estaba ocupado por vegetación de matorral.

El aprovechamiento ganadero de estas grandes extensiones ocupadas por matorral, localizadas generalmente en las zonas más desfavorecidas, debería ser la base para el desarrollo de explotaciones económicamente sostenibles. Por otra parte, dicho aprovechamiento ganadero tendría como resultado una significativa reducción en el riesgo de incendio y pérdida de suelo, favoreciendo la biodiversidad del medio y del paisaje y generando un enorme beneficio social y económico. Las inversiones en equipos, infraestructuras y personal para la prevención y extinción de incendios suponen varios miles de millones de pesetas. No obstante, la adecuada gestión de estos suelos o recursos vegetales infrautilizados, requiere el conocimiento de la interacción entre la vegetación disponibles, la especie animal, la estrategia de utilización y las condiciones de mercado.

RECURSOS PASTABLES DISPONIBLES Y SU UTILIZACIÓN.

Como ya hemos apuntado, la vegetación que cubre las áreas desfavorecidas difiere entre zonas debido a las características del suelo, ambientales, etc., e igualmente las especies animales, incluso las razas dentro de cada especie, muestran comportamientos y respuestas variables, por lo que las posibilidades y estrategias a seguir para desarrollar sistemas viables pueden ser bien diferentes. Las respuestas más o menos favorables serán el resultado de la interacción de los dos factores principales: la vegetación y el animal, resultado que será variable según la estrategia de manejo de ambos factores y las condiciones de mercado para la valoración de la producción primaria y medio ambiental conseguida con el sistema.

Dentro de cada factor principal, la variación es enorme: la vegetación difiere en crecimiento, producción, estacionalidad, apetecibilidad, calidad, combustibilidad, etc. y los animales difieren en rusticidad, conducta de pastoreo, potencial de crecimiento, calidad y precio del producto, demanda energética según tamaño y fase de producción, etc. Son conocidas las diferencias en valor nutritivo (HODGSON Y EADIE, 1986) y producción(NEWBOLD, 1980) de las diferentes especies vegetales (raigrás-trébol, Agrostis-Festuca, Nardus, Calluna, Ulex sp., etc.) que conforman la vegetación de las zonas desfavorecidas, así como en el grado de utilización de las mismas por las diferentes especies animales (vacuno, ovino, caprino), incluso razas dentro de una especie. Por otra parte, el grado de complementariedad existente entre las distintas especies animales es muy variable (LECHNER-DOLL et al, 1995) como resultado de sus diferencias en conducta de pastoreo (HOFMANN, 1989). Dicha complementariedad se manifestará en mayor o menor medida en función del grado de heterogeneidad de la vegetación disponible. Evidentemente el mejor o peor grado de complementariedad se traducirá en una mayor o menor productividad (cantidad y diversidad) por especie animal y por unidad de superficie.

Algunas superficies de las zonas desfavorecidas, debido a su escasa pendiente y mayor profundidad de suelo presentan la posibilidad de mejorar la vegetación mediante fertilizaciones orgánicas y siembras de especies más productivas en cantidad y calidad, con la utilización de escasos insumos. En muchas circunstancias de las zonas desfavorecidas puede resultar imprescindible realizar esta mejora para conseguir la sostenibilidad económica de una actividad que continúa siendo extensiva. La introducción de nuevas especies vegetales incrementaría la heterogeneidad y biodiversidad de la vegetación disponible y, consiguientemente, favorecería el manejo de más de una especie y la diversificación de la producción.

Los componentes de la vegetación disponible podrán variar en un sentido u otro en función del manejo y por lo tanto, la calidad y apetecibilidad de la misma. Los cambios que ocasiona el aprovechamiento en la cubierta vegetal, además de modificar la biodiversidad, condicionarán la estrategia de manejo (tipo de rebaño) y la productividad del ciclo siguiente. De ahí que la estrategia de utilización de los recursos sea la principal variable de manejo determinante la producción, viabilidad y de la dinámica vegetal, y, por lo tanto, de la sostenibilidad de la actividad. Dicha estrategia deberá ir modificándose conforme lo requieran las condiciones del medio, dado que la vegetación es dinámica.

La producción animal será el resultado del balance nutritivo del animal, por lo tanto depende de la cantidad de nutrientes ingeridos y utilizados y de la demanda en nutrientes del animal. El nivel de ingestión está condicionado por la utilización de la vegetación disponible que puedan realizar las diferentes especies animales y por la calidad nutritiva de la dieta seleccionada. La demanda en nutrientes de los animales será variable según tamaño, fase productiva, condiciones del medio, etc. Es decir, que además de la vegetación disponible, la especie animal y la raza son dos variables que podrían incidir significativamente en la productividad animal, por cabeza y por unidad de superficie, y en la dinámica vegetal de las áreas desfavorecidas.

ESTRATEGIAS DE UTILIZACIÓN DE LOS RECURSOS PASTABLES, RENDIMIENTO ANIMAL Y DINÁMICA VEGETAL.

A continuación, vamos a tratar de presentar y discutir las posibilidades y limitaciones para el desarrollo de sistemas de producción animal y conservación del medio con los rumiantes domésticos tradicionales, en función de los recursos pastables disponibles en las montañas y valles de zonas desfavorecidas de las regiones húmedas templadas del norte de la Península Ibérica. Por lo tanto, además de la respuesta animal, se analizarán los efectos que las estrategias de utilización de la vegetación por los animales tienen sobre la dinámica de la cubierta vegetal. Las cubiertas vegetales de : brezales-tojales; brezales-tojales parcialmente mejorados; pastos naturales constituidos pro Agrostis-Festuca-Nardus y Calluna y pastos de raigrás y trébol, son las más frecuentes de las areas desfavorecidas del noroeste de la Península Ibérica así como de otras muchas regiones de Europa,y a ellas se van a referir los resultados de rendimiento animal y dinámica vegetal que se van a presentar.

BREZALES-TOJALES:

Las especies que constituyen los brezales-tojales son de escasa calidad nutritiva y apetecibilidad para los rumiantes, por ello ocupan grandes extensiones de superficie que suelen arder frecuentemente. Son escasas las posibilidades que ofrece el brezal-tojal para desarrollar sistemas de producción animal, en el mejor de los casos se podrían establecer inicialmente producciones poco demandantes de nutrientes como fibras y lanas de calidad. Los animales son incapaces de mantener su peso y condición corporal durante la fase de cría, al no poder obtener la ingesta de nutrientes necesaria para satisfacer la demanda energética y proteica de mantenimiento y lactación. Por lo tanto, para desarrollar sistemas sostenibles por su rendimiento animal, será preciso disponer de grandes extensiones, que permitan manejar un rebaño con miles de cabezas (machos cachemira castrados o carneros de lana fina castrados), lo que irá en detrimento del número de rebaños o familias que puedan mantenerse.

Si bien la producción animal puede no adquirir un valor significativo en estos brezales tojales, el efecto que el pastoreo, en especial del caprino, tiene sobre la dinámica de dichas cubiertas vegetales debe ser especialmente considerado y valorado, dada la combustibilidad que mantienen los brezales-tojales. El ganado caprino manejado a presiones de unas 18 cabezas/ha durante un período de 4 meses (mayo-septiembre) es capaz de reducir drásticamente, en un periodo de 2 años, la altura de las matas y la biomasa del brezal-tojal modificando significativamente los porcentajes de aportación de diferentes componentes a la biomasa. En la evolución de la altura media de las matas (figura ) se puede comprobar cómo ésta en las parcelas pastadas por el caprino en alguno de los dos años desciende significativamente (de 15 a 5 cm), mientras que en las parcelas pastadas exclusivamente por el ovino apenas se reduce la altura de las matas. En la composición de la cobertura (figura ) se observa como incrementa la presencia de herbáceas al cabo de dos años en las parcelas pastadas por el caprino en alguno de los dos años, frente a la pastada exclusivamente por ovino, en la cual apenas se modifican los componentes vegetales presentes en la cubierta del suelo.

El vacuno apenas utiliza el brezal y aún menos el tojal, por lo que los cambios en la vegetación son debidos fundamentalmente al efecto del pisoteo y no la utilización. Por ello, los posibles beneficios del vacuno sobre la biodiversidad del medio son claramente inferiores a los del caprino, incluso a los del ovino, pudiendo llegar a tener efectos perjudiciales en las zonas de mayor pendiente al ir estableciendo senderos con suelo desnudo, por las zonas de paso.

BREZALES-TOJALES PARCIALMENTE MEJORADOS:

La mejora de una parte de la vegetación posibilitará desarrollar sistemas sostenibles, también extensivos, con mucha menor superficie, lo cual permitirá que puedan permanecer o establecerse en estas áreas desfavorecidas un mayor número de familias. Se han encontrado respuestas, tanto en producción animal como en dinámica vegetal, muy diferentes en función de la especie animal y de los recursos pastables disponibles o porcentaje de superficie de pasto mejorado. El vacuno de cría incrementa su respuesta productiva a medida que aumenta la proporción de pasto mejorado en la superficie disponible, (tabla 2). De dicha tabla 2 se deduce que el porcentaje de superficie mejorado debería suponer, al menos, la mitad de la superficie total disponible con el fin de favorecer la acumulación de reservas por parte de las vacas y prolongar la estación de pastoreo. La mejora de un porcentaje tan elevado de la superficie total disponible en muchas zonas geográficas tiene serias limitaciones físicas, además de las económicas y quizás ambientales.

Sin embargo, manejando rebaños de ovino y caprino, se ha observado que la mejora de un sexto de la superficie disponible resulta suficiente para obtener buenos resultados productivos en la fase de cría (Abril-Julio). Los corderos obtienen mayores ganancias diarias y pesos que los cabritos, aunque como es lógico, existen diferencias entre las razas (tabla 3). Las ovejas en general también obtienen mayores ganancias que las cabras, aunque estas últimas pueden superar los incrementos de peso de las ovejas, cuando aumenta la altura media de la hierba de la zona mejorada por encima de los 7.0cm. Una vez destetadas las crías, al final del pastoreo de primavera (Julio-Agosto), las cabras pueden pasar a zonas con solo vegetación de brezal-tojal donde seguirán incrementando su condición corporal y peso durante el verano y principios de otoño a razón de unos 50g/día. Por otra parte estas cabras irán reduciendo la acumulación de matorral y modificando la composición de estos brezales-tojales tal como hemos comprobado previamente. Las ovejas permanecerán en la parcela parcialmente mejorada donde aún incrementarán su peso y condición hasta la llegada del invierno. Así, estos pequeños rumiantes irán prolongando la estación de pastoreo, mientras que el vacuno tiene dificultades para cubrir las necesidades de mantenimiento.

Al comparar la respuesta productiva de las especies durante el pastoreo de primavera, en estos brezales-tojales parcialmente mejorados observamos que la producción de un rebaño mixto de ovino y caprino es de dos a tres veces superior al de las vacas de cría (tabla 4) aun en la época más favorable para los animales con mayor capacidad de ingestión. Por otra parte, dada la mayor altura de pasto que precisa el vacuno frente al ovino y la casi nula apetencia por las especies leñosas (brezos, tojos, etc.), a diferencia del caprino los períodos de escasez de alimentos serán mucho más largos para el vacuno que para los pequeños rumiantes, agravando los costes de producción, además del menor porcentaje de pasto mejorado que precisan el ovino y el caprino.

En relación con el estado sanitario de los animales, se ha observado que las cargas parasitarias que presentan las ovejas y en especial las cabras, son muy inferiores a las encontradas cuando son manejadas exclusivamente sobre pastos sembrados o mejorados, por lo que las necesidades de tratamientos antiparasitarios son considerablemente menores a los requeridos en los rebaños manejados sobre pastos sembrados. Igualmente, la incidencia de otros procesos infecciosos, como el pedero, también es significativamente menor.

La dinámica vegetal de estos brezales-tojales parcialmente mejorados también se ve claramente afectada por la especie animal y la disponibilidad de pasto mejorado. En las zonas donde el matorral de brezal-tojal es desbrozado mecánicamente, la acumulación de biomasa tras el desbroce resulta significativamente mayor en las superficies pastadas por el ovino frente a las aprovechadas por el caprino (figura ). No obstante, dicha acumulación en las parcelas de ovino es considerablemente inferior a la que se produce en las zonas en las que no hubo actividad de pastoreo, como se observa en dicha figura . El pastoreo mixto de ovino y caprino frena la acumulación de biomasa a niveles próximos a los observados en las parcelas pastadas sólo por el caprino. Además de la diferencia en cuantía, los componentes de la biomasa acumulada difieren significativamente, predominando las especies leñosas (tojos y brezos) en las zonas no pastadas o en las utilizadas por el ovino, mientras que en las superficies aprovechadas por el caprino, son las herbáceas el principal componente de la biomasa acumulada.

En las zonas de pasto mejorado, también se observan diferencias significativas en la dinámica vegetal. En muchas explotaciones el control del rebrote de la vegetación espontánea de monte, en especial del tojo, en la zona en que se ha procedido al establecimiento de pasto mejorado, es un serio problema. Nuestros resultados, en concordancia con los observados en Nueva Zelanda (RADCLIFFE, 1986; KRAUSE, 1984), ponen en evidencia que el manejo del ganado caprino es una forma muy eficaz, económica y ecológica de controlar dicho rebrote de tojo, aunque la presión de pastoreo, obviamente, también tiene su incidencia (figura ). El ganado caprino además de controlar el rebrote del tojo, también ingiere las espigas de raigrás, al tiempo que tiende a rechazar el trébol favoreciendo su acumulación en la parte alta de la estructura del pasto (figura ). Por ello, los pastos de raigrás y trébol en los que también se maneja ganado carprino mantienen un mayor contenido energético y proteico y calidad nutritiva, por lo que se produce un incremento en el rendimiento animal de aquellas especies más herbívoras, como el ovino o el vacuno, cuando son manejadas en pastoreo mixto o secuencial.

COMUNIDADES CONSTITUIDAS POR AGROSTIS-FESTUCA-NARDUS-CALLUNA:

Estas comunidades vegetales ocupan grandes extensiones en las zonas de montaña del norte de la Península Ibérica y también en otras regiones de características similares en clima y suelo. Al igual que en los brezales-tojales, la respuesta animal y vegetal obtenida en estas cubiertas vegetales puede resultar significativamente diferente en función de la vegetación disponible, de la especie animal que se maneje e incluso de la raza.

Los trabajos realizados por el equipo de investigación del CIATA (Asturias-Spain) ponen en evidencia respuestas en productividad, en general, más favorables al ovino frente al vacuno. Cuando la altura de las herbáceas apetecibles (Agrostis-Festuca) es de unos 5 cm, las variaciones de peso del vacuno por unidad de superficie tienden a igualarse con las del ovino. A medida que disminuye la disponibilidad de herbáceas apetecibles, y aumenta la cobertura de Calluna vulgaris incrementan las diferencias en productividad entre el vacuno y el ovino, a favor de esta última especie (Figura ). Dentro de cada especie se han observado significativas diferencias en la respuesta productiva de razas de diferente tamaño corporal. Las razas de menor tamaño tienen mayor eficiencia productiva cuando se manejan bajo condiciones desfavorables de disponibilidad de recursos pastables apetecibles, tal como muestran las figuras y para el ovino y el vacuno respectivamente.

Cuando la altura de las herbáceas apetecibles se sitúa en 3,5-4,0 cm, parecen anularse las diferencias en eficiencia debidas al tamaño. Por encima de dicha altura de 4,0 cm del pasto apetecible es cuando parece que las especies de mayor tamaño empiezan a mostrar su potencial de ingestión y recuperación de peso, especialmente en el caso del ovino. Disponibilidades de pasto apetecible de más de 4,0 cm de altura suelen ser poco frecuentes en los pastos de montaña, en todo caso se dan al inicio de la estación de pastoreo.

Estas cubiertas vegetales constituidas por Agrostis-Festuca-Nardus y Calluna, no muestran grandes cambios de la vegetación, al menos en periodos cortos de 5 años, según sean pastadas por ovino o vacuno. En las cubiertas dominadas por herbáceas, las diferencias más destacables se refieren al incremento de Nardus stricta en las parcelas pastadas por ovino mientras que el vacuno frena el incremento de la cobertura y acumulación de dicha especie, de escasa calidad nutritiva y apetecibilidad, llegando a reducirla significativamente cuando se somete a cierta presión de pastoreo. Dicha acumulación de Nardus, que obviamente es aún mayor en ausencia de pastoreo, parece favorecer la incidencia de aludes de nieve en las zonas de montaña. En los matorrales dominados por Calluna vulgaris, la dinámica de esta se ve más afectada por el pastoreo del vacuno que por el del ovino, a pesar de la mayor ingestión de brotes de Calluna por parte del ovino. Ello es debido a la distinta forma de utilización y a los mayores daños por pisoteo en el caso del vacuno. La mayor reducción de la cobertura de Calluna por el pisoteo favorece un incremento más rápido de las especies herbáceas en la cubierta vegetal de los matorrales pastados por vacuno frente a los aprovechados por ovino, aunque como hemos visto previamente es mejor al respuesta productiva del ovino que la del vacuno. En este tipo de cubiertas vegetales en muchos casos están presentes las genistas o escobas, algunas de las cuales son intensamente pastadas por las ovejas pero no así por las vacas.

NIVEL DE COMPENSACIÓN DE LA P.A.C.

Una vez revisadas las limitaciones que existen en las áreas más desfavorecidas para el desarrollo de sistemas de producción animal, vamos a tratar de comparar las producciones y ayudas compensatorias que perciben los sistemas de vacas de cría según su localización en una región calificada como desfavorecida. Se comparan sistemas de vacas de cría con partos en otoño localizadas en zonas bajas; sistemas de vacas de cría con partos en invierno que se manejan en zonas bajas, con transhumancia a puertos de montaña durante el verano y sistemas de vacas con partos en invierno que se localizan permanentemente en zonas de montaña (800-1.000 m de altitud). Las respuestas obtenidas en producción animal, tanto por cabeza como por unidad de superficie, son significativamente diferentes al igual que los costes de alimentación de los períodos de escasez de alimentos (tabla ), a favor de aquellos que se asientan en las zonas bajas y menos desfavorables. Al valorar la producción menos los gastos de alimentación, observamos que el resultado es tres veces superior en los sistemas asentados en zonas bajas frente a los localizados en las áreas más desfavorecidas. Curiosamente, las actuales ayudas establecidas por la Política Agraria Comunitaria en lugar de compensar a las explotaciones localizadas en las áreas más desfavorecidas, zonas de montaña, como en teoría pretenden, siguen favoreciendo a aquellas localizadas en unas zonas menos desfavorables y que pueden manejar un mayor número de vacas nodrizas, incrementando la diferencia en ingresos entre las explotaciones de una y otra zona (tabla ). Es decir, que los resultados se contradicen con los pretendidos objetivos teóricos, lo cual requiere un replanteamiento de las ayudas compensatorias si realmente se quiere complementar la renta de los más desfavorecidos, tratando de igualar las rentas a las obtenidas en aquellas explotaciones localizadas en las zonas menos desfavorecidas.

Para los pequeños rumiantes, las diferencias debidas a la localización de la explotación y a los recursos pastables disponibles, serían inferiores a las observadas para el vacuno. Sin embargo, el censo de pequeños rumiantes en este último siglo ha ido reduciéndose al mínimo en Galicia y Asturias, mientras que últimamente se incrementa de forma desorbitada el número de vacas de cría. Galicia y Asturias son dos regiones desfavorecidas que tienen serios problemas medioambientales, sociales y económicos causados por los incendios, la crisis industrial y el nivel de aislamiento de muchas de sus zonas rurales, donde la producción de leche ha dejado de ser una fuente de ingresos mensuales. Esta situación demanda una reflexión y reorientación de la actividad ganadera y de la política agraria con el fin de evitar el despoblamiento y la desertización de grandes extensiones que hoy se encuentran marginadas.

Con las observaciones del presente trabajo podemos concluir que para el objetivo de desarrollar sistemas sostenibles en áreas desfavorecidas, existen diferencias significativas en el comportamiento y rendimiento animal entre el ganado vacuno, ovino y caprino en función de la vegetación disponible, siendo las especies y razas de menor tamaño las más indicadas para las condiciones de las áreas más desfavorecidas del norte de la Península Ibérica.

El ganado caprino es la especie más apropiada para el aprovechamiento y control de la biomasa en los brezales-tojales, cubiertas vegetales que en el caso de la zona objeto del presente trabajo son las más afectadas por los incendios. La presencia del ovino en el rebaño debería estar en función de la importancia de la cobertura de herbáceas en la vegetación disponible, siendo menores las posibilidades del vacuno de carne, en contradicción con la evolución de los censos. La comparación de ingresos finales indica que las actuales ayudas compensatorias son insuficientes para compensar a las explotaciones de las áreas más desfavorecidas, las cuales solamente podrán ser sostenibles económicamente cuando tengan la posibilidad de manejar grandes extensiones y rebaños, algo imposible en una situación donde la propiedad y la ganadería tienen por base el minifundio y la gestión del monte de utilidad pública y vecinal deja bastante que desear en la mayoría de los casos.

Los resultados demandan las necesidad de modernización técnica de los sistemas de explotación extensivos de las áreas desfavorecidas, empleando insumos que contribuyan a la sostenibilidad económica y a la ambiental con el incremento de la biodiversidad resultante de la incorporación de técnicas de manejo.

REFLEXIONES

La información presentada permite valorar:

La reflexión de los resultados expuestos en el trabajo demanda:

  1. Reconocer y valorar el papel de la ganadería extensiva por su contribución a la creación de empleo, producción de calidad y conservación del medio.
  2. Reconsiderar los actuales criterios de indemnización que de ninguna manera compesan las peores condiciones de manejo y producción en las áreas desfavorecidas.
  3. Promover técnicas de manejo extensivo que permitan la sostenibilidad económica y ambiental del sistema, aunque ello suponga la incorporación de algunos insumos.
  4. Debatir e identificar las diferentes líneas y actuaciones a incentivar para el desarrollo de las áreas desfavorecidas caracterizadas por su heterogeneidad.
  5. Discutir y evaluar la contribución de los actuales programas de mejora genética a la sostenibilidad de los sistemas extensivos de las áreas desfavorecidas.
  6. Analizar las limitaciones que supone la propiedad del suelo, la estructura de la propiedad y la gestión del uso del suelo para el desarrollo de las áreas desfavorecidas.
  7. Formar a los ganaderos hacia el manejo de estos sistemas extensivos a desarrollar en áreas desfavorecidas.
  8. Establecer los canales para la transformación y comercialización de las materias primas obtenidas en las áreas más desfavorables.
  9. Debatir las razones(política forestal, depredadores, manejo, etc) de las discrepancias entre la evolución que sugieren los resultados y la observada en la realidad (por ejemplo incremento de censos de vacuno de carne y disminución de los pequeños rumiantes).

10) Realizar un planteamiento estratégico identificando las fortalezas, debilidades, condicionantes y oportunidades de los sistemas ganaderos extensivos en el desarrollo de las áreas más desfavorecidas.



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LAND USE DISTRIBUTION IN GALICIA AND ASTURIAS (THOUSAND HA.)

Galicia

Asturias

Ha

%

Ha

%

Total

2947

-

1056

-

Cropland

531

18.0

29

2.7

Grassland

378

12.8

283

26.8

Woodland

806

27.3

201

19.0

Scrubland

1028

34.9

374

35.4

LIVESTOCK DISTRIBUTION IN GALICIA AND ASTURIAS

Galicia

Asturias

Cattle:
Dairy

383471

118469

Beef

178789

111840

Double purpose

62518

26512

Sheep

242867

64194

Goats

38059

32071

NUMBER OF FIRES AND VEGETATION COVER AFFECTED IN THREE LESS FAVOURED REGIONS IN THE NW OF SPAIN

L.F. Regions

Spain

(Total)

Galicia

(%)

Asturias

(%)

Castilla-León

(%)

Numbers of fires

16.772

61.0

4.2

9.1

Vegetation cover:
Woodlands

10.538ha

32.9

5.0

25.0

Scrubland

41.751ha

48.8

6.8

30.3

Total surface

59.824ha

40.1

5.9

29.1

Losses (Ecus)

30 millions

36.2

5.2

22.4

Region surface/Spain

505.990km2

5.8

2.1

18.6